Incompatibilidad

Hoy que los canales de televisión se rasgan los ojos y se «enchinan» la piel para transmitir las proezas de los atletas ajenos y propios, que considerando la calidad y cantidad de atletas mexicanos que viajan este ciclo son más admirables. En el mundo pasan mil cosas que no van acorde al «espíritu olímpico».

Principalmente refiero el conflicto Rusia-Georgia, que a la par del inicio de los Juegos Olímpicos de Verano en Beijin ha tomado dimensiones bélicas y ha roto con ese ambiente de «cordialidad» mundial que antes (suponía) existía por ese pequeño lapso de tregua que dan los grandes eventos de la humanidad.

Confieso también que pocas veces me he interesado por la región caucásica, de hecho desconocía casi todo hasta el pasado curso de Geopolítica impartido por Enrique Rodríguez (un saludo a él por cierto). Este año, he llevado una lectura interrrumpida de la segunda obra de Kapuscinski que llega a mis manos, se llama El Imperio y relata su viaje a través de Rusia. Esto me ha acercado aún más a aquello que por razones culturales, geográficas, empíricas o meramente subjetivas no me habia interesado y en verdad les puedo decír que El Gran Reportero me ha metido en el corazón a Asia como lo hizo con el Mediterraneo en «Viajes con Herodoto».

El caso es que es curioso, justo cuando en mi lectura Nuestro Polaco (parafraseando al propio autor cuando se refería a Herodoto como Nuestro Griego) llega a tierras georgianas en un autobús maloliente a pescado, se desata el conflicto este del que les he hablado y que viene a «desentonar» con el ambiente olímpico.

Ya no sé por dónde va este comentario, lo pienso y creo que sólo lo escribí como pretexto para copiarles este párrafo. Contexto: El autor viaja en autobús de Ereván a Tibilisi, en Georgia. 253 kilómetros, entonces escribe:

Bordeamos impresionantes precipicios, abajo rápidos arroyos, arriba cúmulos de nieve, hasta que en un momento, al salir de una curva, topamos con un control de frontera. El ejercito. Los rusos. Entran en el autobús, o escrutan con la mirada, buscan algo. Sabemos qué: armas. De pronto, un armenio o georgiano empieza a gritarles que detienen el autobús, que hacen perder el tiempo, etc. No para de gritar. Ahora, pienso, el soldado del Ejercito Rojo lo abatirá de un tiro en el acto. Pero no, qué va, ¡corren otros tiempos! El soldado se pone a dar explicaciones, pide disculpas, dice que es una orden, y toda la patrulla desaparecerá en un santiamén. Nosotros seguimos arrastrandonos por las montañas.

Kapuscinski, Ryszard, (2005) El Imperio. Quinta edición. España. Editorial Anagrama.

Agrego, ¿qué destino tendría el armenio o georgiano gritón si esa narración fuera hoy? Un buen análisis del confilcto AQUÍ. Y como siempre recomenable la cobertura de BBC Mundo.

Como no pretendo escribir mucho después de las letras del Maestro, los invito a reflexionar sobre las polémicas en los Juegos Olímpicos y la actuación de los medios ante acontecimientos mundiales.

Y despues de googlear creo que El Espíritu permanece donde debe;

LA PARADOJA DEL TIRO: Deporte de armas, sirvió para mostrarle límites a una guerra. Pese a las bombas y combates que dejaron miles de víctimas en la región separatista de Osetia del Sur, no hay “guerra olímpica” entre Rusia y Georgia. Quedó en claro tras el beso y abrazo entre la rusa Natalia Pederina y la georgiana Nino Salukivadze Texto: listindiario.com / Leer tambien La Jornada / Foto (abajo): Reuters en as.com

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Punto aparte. ¿Recuerdan el primer intento por destronar a las FARC la última semana del año pasado? Para mi ese es otro caso «Incompatible». Cómo demonios meter el rescate de Ingrid Betancourt en la última hoja de las agendas reporteriles de 2007

Acerca de Sergio Rdgz

Periodista enamorado de lo que hace, de lo que le rodea, de la vida, de Ella... pero también ciudadano que se queja exige y piensa a modo de letras.
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