Se dice que a la mitad del año, en el ombligo del año, es bueno tomar un respiro, repasar lo hecho y lo pendiente por hacer. Reescribir los propósitos fijados al inicio del año y ponerse nuevas metas…
Como no he adoptado nada de lo anterior, sólo dejo aquí algunos queveres que nacieron en una tarde nublada con una fijación particular por ese «punto medio de cualquier cosa», según define la RAE.
Más allá de cualquier definición, confieso que un ombligo al aire en una tarde soleada atrae rápidamente la atención de mi vista. Aunque debo aclarar que mi verdadera debilidad sensorial son los olores, en algunos momentos del día no es raro que mis dedos inquietos y desocupados de las teclas, vayan a dar a mi ombligo… (O mejor aún: al de Ella… jaja).
No es raro tampoco, que los dedos hallen en esa oquedad humana «pelusitas»sin origen aparente. Pero sorpréndanse, Wikipedia recoge datos interesantes al respecto de este fenómeno de los restos de «cosa», que Mario Hugo bien podría calificar como «hermoso y desconocido«.
También es común escuchar de «el ombligo del mundo», y es que según Juan Pérez, este es un extraño afán en las culturas antiguas por ubicarse como el centro de todo lo que existe, desde Grecia hasta la Isla de Pascua hay referencias a esto.
Lean el ensayo completo para conocer el mito de Zeus y su método de las águilas para encontrar el centro del mundo griego de aquél tiempo y donde refiere también el nacimiento de Onfalia, «la mujer que tiene hermoso ombligo» que sedujo al poderoso Hércules.
Amé tu post! para variar! Me declaro fan de tu blog! Saludos a ELLA ahora que ya la conozco en persona. Que hermosos y diversos son los ombligos , en cada uno de ellos comienza una historia de vida 🙂
Gracias Beth, un honor que me leas.
Me sumo al comentario. Qué bonito está tu texto, un abrazo bien grande
Un abrazo de regreso 😀
Checo!!!, me declaro fan de tus letras :),
espero que estés muy bien..qué cuentas?
abrazos..
elsie
Abrazos de regreso Elsie, acá todo va bien gracias por leerme.