Noche de calor y mosquitos, insmonio por estrés laboral, despertador que se queda sin pila y el mal humor al amanecer fueron sólo los primeros ingredientes para «El día de mi pesadilla», que en realidad sólo fueron algunas horas.
Quienes me conocen deben saber que tengo una extraña fijación por revisar mis bolsillos cada cinco minutos para revisar si traigo las llaves del auto. Fue justo lo que hice el jueves por la mañana al momento de cerrar la puerta, sólo para darme cuenta que no; ese día no quité las llaves y la puerta ya estaba cerrada.
Fue entonces que grité (o por lo menos pensé gritar) algunos miles de «chingados» y «pendejos» para unos minutos después poner manos a la obra. Una de las ventanas con unos 70 milimetros de separación entre el vidrio y el marco , en complicidad con un alambre retorcido, representaban la única alternativa antes de tener que romper un vidrio. (En ese momento no me agradaba, $$, la idea de llamar a un cerrajero). Después de casi una hora de maniobras, pude.
Cabe mencionar que durante el tiempo que estuve maniobrando en la ventanilla, ningún elemento de seguridad ni nadie se interesó por saber lo que estaba haciéndo, ya no para ayudar sino simplemente para verificar que yo fuera el propietario y que no fuera un «robacoches». Así la falta de seguridad en el estacionamiento del Cuciénega.
Cuando volví a la realidad, me dí cuenta de que ya era muy tarde, mi siguiente clase ya habría comenzado y aún no preparaba la entrega del proyecto para concurso ni había imprimido
Para quien haya llegado a este blog desde una búsqueda de «Olvidé mis llaves del auto», les dejo esta recomendación muy útil, sobretodo la parte de «madrear a todo el universo»: Cómo sacar las llaves de SU auto (Nótese el SU en mayúsculas)
Como si fuera un preludio de lo que estaba por suceder, misteriosamente Ella en su correo del miércoles escribió: «Los jueves son los días mas cabrones para ti (sic)», y aunque al final tuvo razón ella misma fue quien me arregló el día.
…And I love Her.
Sergio Rdgz 